En la última clase que tuvimos de Plan de Vida y Carrera, unos compañeros nos hablaron de la carrera de Arquitectura. Siempre pensé que para ser arquitecto no se necesitaba más que imaginación y creatividad, y que con eso, la carrera y la vida profesional sería extremadamente fácil. Me demostraron que estaba equivocada.
Para empezar, aprendí que la carrera de arquitectura es una de las carreras más difíciles que existen; no en realidad por el costo de la colegiatura, sino por los materiales que hay que comprar para realizar los proyectos. Por otra parte, también aclararon que los proyectos no son nada sencillos, pues hay que combinar conocimientos con imaginación y creatividad, lo cual lo convierte en un campo demasiado competitivo. Debido a que los proyectos son excesivamente tardados y complicados, mencionaron que en algunas universidades, como la Ibero, a los estudiantes de Arquitectura y Medicina, son a los únicos a los que se les permite pasar la noche en la Universidad, para poder terminar los extensos proyectos que les dejan de tarea.
Además, mencionaron que obviamente no sólo se necesita creatividad e imaginación, sino también de muchísimas matemáticas y física, que prácticamente son indispensables para cualquier edificio que se esté por construir.
Es obvio que el futuro para esta carrera es muy prometedor, debido a la inmensa demanda de nuevos edificios y construcciones que está habiendo en el mundo.
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